El día 30 de diciembre de 2020, Twitter resolvió suspender mi cuenta a través de una denuncia recibida por un posteo realizado en mi cuenta, el motivo de la discordia es una publicación donde defiendo el derecho a la vida del no nacido, a cambio de evaluar como sociedad la reposición de la pena de muerte para criminales condenados por violación, pedofilia o asesinatos en serie, una pequeña muestra quizá de los muchos otros crímenes que a juicio personal debería evaluarse la conveniencia de mantenerlo cumpliendo condena y respecto de decidir como sociedad condenarlos a la pena capital, toda vez que tenemos a la vista la nula posibilidad de reinserción posterior porque muchas cosas fallan o ya sea porque la pena asignada en casos calificados los hará salir cuando ya no tengan ninguna posibilidad de ofrecerle algo a la sociedad en su conjunto o simplemente porque la actual legislación, garantista y muy conveniente para transgresores de la ley, les ofrecerá de alguna forma la libertad cumplida una parte importante de la condena, jaque al rey como se diría en jerga ajedrecística. Con todo lo anterior, una persona que defiende el derecho fundamental a la vida debería entonces considerarla a tabla rasa y no evaluar justificaciones para no hacerlo, es decir, sin peros que valga, sin excusas mediante, la verdad es que no creo que sea tan simple de resolver; no creo que quepan en la misma balanza la vida de un no nato, inocente por cierto y resultado de la maravilla de la naturaleza que con una semilla permite que florezca la vida, respecto de otra que habiendo tenido la ventaja de nacer, decidió por las razones que quiera, convertirse en el verdugo de otra(s) vida(s) bajo la comisión de un delito, una venganza/ajuste de cuentas o como el resultado de una acción para ocultar otro delito como puede haber sido una violación, una paliza de proporciones o lo que la imaginación nos proporcione como alternativa.
RAE nos dice como definición de delincuente, que es aquella persona que delinque, es decir, una persona que comete un delito; también nos dice sobre asesino, que es aquella persona que mata a alguien con alevosía, en otras palabras, se refiere a la cautela para asegurar la comisión de un delito contra las personas, sin riesgo para el delincuente, entonces, se considera una circunstancia agravante de la responsabilidad criminal.
No hay duda alguna que el mundo cambia a diario, pero ese cambio no puede pasar por transgredir valores o principios básicos o incluso pretender igualar situaciones o eventos por simple comparación o búsqueda del empate. Vivir en sociedad o en comunidades exige y demanda un comportamiento que pase por respetar normas y reglas que regulan y facilitan la convivencia; nuestra sociedad es compleja y por tanto se hace necesario ordenar la vida de las personas con diferentes características, necesidades, intereses, ideas, creencias, orientación religiosa, sexual o de pensamiento, etc. No es tarea sencilla demandar el respeto por deberes y derechos que cada individuo tiene por igual, puesto que las expectativas de reciprocidad en una sociedad heterogénea lo hacen complejo, pero no imposible y menos inviable.
Hoy experimentamos la tiranía de lo absurdo e inmoral, nuevamente jaque al rey, es el mundo puesto de cabeza para reescribirse con otros parámetros, donde lo aceptado en el pasado hoy es cuestionado, me parece perfecto que así sea, en tanto y cuánto lo hagamos para mejorar nuestras características colectivas e individuales dentro de la sociedad, pero mi pregunta es ¿Cuál es el piso moral sobre el que reescribiremos las reglas de la nueva convivencia?, ¿Será acaso uno donde la búsqueda de la igualdad signifique el sacrificio de las normas morales y éticas?, no tengo hoy la respuesta para tan complejas disquisiciones, quizá nunca las encuentre, pero seguiré buscándolas y mi invitación es a que otras personas más preparadas y con mejor formación lo hagan a través de un debate transversal, serio y profundo que requiere, exige, necesita y demanda nuestra sociedad actual.
Si nuestra existencia colectiva e individual fueran partidas de ajedrez que se juegan con diferentes adversarios, al mismo tiempo que jugamos una única partida y en simultáneo con un adversario que es llamado "La Muerte", en principio daría igual que en cualquiera de los tableros juguemos con blancas o negras, porque habrá al final de nuestra partida principal un irremontable momento de recibir jaque mate, pero en las partidas de la vida cotidiana el tema es diferente, porque es relativamente cierto que comenzar jugando con blancas otorga una pequeña ventaja, porque no sólo está la iniciativa del comienzo, sino que también está la ventaja de decidir la apertura, es así entonces como podríamos graficar nuestro desarrollo en el medio juego que será avanzar y desarrollarnos por ella, cuántas partidas alcancemos a jugar será resorte de un conjunto de características y habilidades propias las que lo determinarán; en el concierto de la sociedad también se juegan múltiples partidas de ajedrez y también de forma irremediable terminarán en jaque mate que sería el fin de una era, pero cada vez que finaliza una partida otra comienza y lo que se espera es que los jugadores las alarguen tanto como sea posible, en el camino de la vida se adoptarán posiciones defensivas y también otras de ataque, son esas decisiones las que construyen la realidad en la cual nos desenvolvemos, pero cualquiera sea el movimiento que hagamos, ineludiblemente están presentes las reglas, no podemos desplazarnos a nuestro arbitrio; el tablero, entendido como nuestra Constitución Política podría ser considerado el marco dentro del cual desarrollaremos nuestra vida y dentro de ese marco están las casillas que son los diferentes caminos a elegir con millones de combinaciones, también están las piezas que vendrían siendo las herramientas que tenemos para llevar a cabo nuestra existencia y estarían representadas por las que recibimos en nuestra formación, más otras que serían las leyes y todo ese conjunto de tablero, cuadrículas y piezas se regulan por una combinación de:
- Reglas de la moral, entendidas como el conjunto de normas y costumbres transmitidas por la sociedad al individuo y que representan la forma correcta de actuar
- Reglas de la ética, entendidas como las guías de comportamiento que regulan la conducta de un individuo