jueves, 31 de diciembre de 2020

JAQUE AL REY, PERO NO ES MATE - AMENAZA A LAS LIBERTADES

El día 30 de diciembre de 2020, Twitter resolvió suspender mi cuenta a través de una denuncia recibida por un posteo realizado en mi cuenta, el motivo de la discordia es una publicación donde defiendo el derecho a la vida del no nacido, a cambio de evaluar como sociedad la reposición de la pena de muerte para criminales condenados por violación, pedofilia o asesinatos en serie, una pequeña muestra quizá de los muchos otros crímenes que a juicio personal debería evaluarse la conveniencia de mantenerlo cumpliendo condena y respecto de decidir como sociedad condenarlos a la pena capital, toda vez que tenemos a la vista la nula posibilidad de reinserción posterior porque muchas cosas fallan o ya sea porque la pena asignada en casos calificados los hará salir cuando ya no tengan ninguna posibilidad de ofrecerle algo a la sociedad en su conjunto o simplemente porque la actual legislación, garantista y muy conveniente para transgresores de la ley, les ofrecerá de alguna forma la libertad cumplida una parte importante de la condena, jaque al rey como se diría en jerga ajedrecística. Con todo lo anterior, una persona que defiende el derecho fundamental a la vida debería entonces considerarla a tabla rasa y no evaluar justificaciones para no hacerlo, es decir, sin peros que valga, sin excusas mediante, la verdad es que no creo que sea tan simple de resolver; no creo que quepan en la misma balanza la vida de un no nato, inocente por cierto y resultado de la maravilla de la naturaleza que con una semilla permite que florezca la vida, respecto de otra que habiendo tenido la ventaja de nacer, decidió por las razones que quiera, convertirse en el verdugo de otra(s) vida(s) bajo la comisión de un delito, una venganza/ajuste de cuentas o como el resultado de una acción para ocultar otro delito como puede haber sido una violación, una paliza de proporciones o lo que la imaginación nos proporcione como alternativa.


    RAE nos dice como definición de delincuente, que es aquella persona que delinque, es decir, una persona que comete un delito; también nos dice sobre asesino, que es aquella persona que mata a alguien con alevosía, en otras palabras, se refiere a la cautela para asegurar la comisión de un delito contra las personas, sin riesgo para el delincuente, entonces, se considera una circunstancia agravante de la responsabilidad criminal.

    No hay duda alguna que el mundo cambia a diario, pero ese cambio no puede pasar por transgredir valores o principios básicos o incluso pretender igualar situaciones o eventos por simple comparación o búsqueda del empate. Vivir en sociedad o en comunidades exige y demanda un comportamiento que pase por respetar normas y reglas que regulan y facilitan la convivencia; nuestra sociedad es compleja y por tanto se hace necesario ordenar la vida de las personas con diferentes características, necesidades, intereses, ideas, creencias, orientación religiosa, sexual o de pensamiento, etc. No es tarea sencilla demandar el respeto por deberes y derechos que cada individuo tiene por igual, puesto que las expectativas de reciprocidad en una sociedad heterogénea lo hacen complejo, pero no imposible y menos inviable.


    Hoy experimentamos la tiranía de lo absurdo e inmoral, nuevamente jaque al rey, es el mundo puesto de cabeza para reescribirse con otros parámetros, donde lo aceptado en el pasado hoy es cuestionado, me parece perfecto que así sea, en tanto y cuánto lo hagamos para mejorar nuestras características colectivas e individuales dentro de la sociedad, pero mi pregunta es ¿Cuál es el piso moral sobre el que reescribiremos las reglas de la nueva convivencia?, ¿Será acaso uno donde la búsqueda de la igualdad signifique el sacrificio de las normas morales y éticas?, no tengo hoy la respuesta para tan complejas disquisiciones, quizá nunca las encuentre, pero seguiré buscándolas y mi invitación es a que otras personas más preparadas y con mejor formación lo hagan a través de un debate transversal, serio y profundo que requiere, exige, necesita y demanda nuestra sociedad actual.


    Si nuestra existencia colectiva e individual fueran partidas de ajedrez que se juegan con diferentes adversarios, al mismo tiempo que jugamos una única partida y en simultáneo con un adversario que es llamado "La Muerte", en principio daría igual que en cualquiera de los tableros juguemos con blancas o negras, porque habrá al final de nuestra partida principal un irremontable momento de recibir jaque mate, pero en las partidas de la vida cotidiana el tema es diferente, porque es relativamente cierto que comenzar jugando con blancas otorga una pequeña ventaja, porque no sólo está la iniciativa del comienzo, sino que también está la ventaja de decidir la apertura, es así entonces como podríamos graficar nuestro desarrollo en el medio juego que será avanzar y desarrollarnos por ella, cuántas partidas alcancemos a jugar será resorte de un conjunto de características y habilidades propias las que lo determinarán; en el concierto de la sociedad también se juegan múltiples partidas de ajedrez y también de forma irremediable terminarán en jaque mate que sería el fin de una era, pero cada vez que finaliza una partida otra comienza y lo que se espera es que los jugadores las alarguen tanto como sea posible, en el camino de la vida se adoptarán posiciones defensivas y también otras de ataque, son esas decisiones las que construyen la realidad en la cual nos desenvolvemos, pero cualquiera sea el movimiento que hagamos, ineludiblemente están presentes las reglas, no podemos desplazarnos a nuestro arbitrio; el tablero, entendido como nuestra Constitución Política podría ser considerado el marco dentro del cual desarrollaremos nuestra vida y dentro de ese marco están las casillas que son los diferentes caminos a elegir con millones de combinaciones, también están las piezas que vendrían siendo las herramientas que tenemos para llevar a cabo nuestra existencia y estarían representadas por las que recibimos en nuestra formación, más otras que serían las leyes y todo ese conjunto de tablero, cuadrículas y piezas se regulan por una combinación de:

  • Reglas de la moral, entendidas como el conjunto de normas y costumbres transmitidas por la sociedad al individuo y que representan la forma correcta de actuar
  • Reglas de la ética, entendidas como las guías de comportamiento que regulan la conducta de un individuo  
    Visto así el ejercicio, entonces no parece razonable que en una partida en particular, uno decida sobre otro - que aún no ha iniciado el juego - anular y arrebatar la posibilidad de comenzar el juego, no es aceptable tampoco que la arbitrariedad de uno se imponga y niegue en un momento determinado el básico y elemental derecho a seguir participando del juego de la vida, como tampoco parece razonable que en el desarrollo de esta partida uno decida aniquilar al rey y eliminarlo de un plumazo del tablero; al mismo tiempo, el juego nos permite una última posibilidad, la celada eventualmente permitida considerando las reglas del juego y que permitiría alinear las partidas permanentes con la partida final, de forma tal de hacerlas coincidir para que ambas sean la última, esto sería conducir al jugador en particular a una situación tal que le ponga fin para siempre a su juego siniestro y dé jaque a su rey por su deleznable comportamiento en partidas anteriores donde o no dejó iniciar el juego a su oponente ocasional o simplemente le pateó el tablero en un momento de ira, esta nueva regla que ya tuvimos alguna vez y que erróneamente a mi parecer fue una muy mala decisión eliminarla, sería la pena capital. 

    Finalmente y antes de recibir el último jaque mate en mi partida, quisiera referirme en particular a un derecho tan importante como el derecho a la vida y es el derecho a la libertad de expresión, sin duda que hay muchos otros, pero este en particular es un derecho que sin el otro es la muerte en vida, un imposible sobre el cual no resulta posible desenvolvernos porque limita una capacidad básica que es expresar libremente con respeto y apego a la misma moral y ética defendidas anteriormente lo que realmente pensamos. El derecho a la libre expresión es en sí una libertad inalienable, una que no puede ser silenciada por ley o reglamento, una que no puede estar escrita en ningún documento ni avalada por ningún miembro de la sociedad o comunidad. Falsos referentes morales ocultos en redes sociales y diferentes estamentos de la sociedad la atacan permanentemente, intentando con ello silenciarla, amordazarla y anularla, sepan que no lo lograrán mientras exista un Ser Humano capaz de alzar la voz por ella; es así como muchos lo hicieron, lo hacen y seguirán haciendo, pagaron con su vida Martin Luther King, Ghandi, Yousafzai, Menchú y otros como Mandela que fueron silenciados por largo tiempo, pero finalmente se impusieron, todos ellos tienen algo en común y es que defendieron libertades con acciones y un discurso coherente, apegado a la moral más básica, los hay también quienes quizá en una época particular de la historia y teniendo quizá mucho en contra como Thomas Sowell, se abrieron paso con discursos políticamente incorrectos, se atrevieron a desafiar al rebaño y al establishment. Esa es la actitud que debemos tener, ser capaces de cuestionar con argumentos principalmente racionales los intentos de algunos por silenciar nuestro pensamiento, sólo así desarrollaremos nuestro pensamiento, conseguiremos más partidas, daremos uno que otro jaque al rey de nuestro oponente circunstancial, defenderemos nuestra posición y responderemos a un jaque, hasta que llegue el momento de resolver la última jugada en el tablero principal y cuyo momento no lo conocemos pero seguramente advertiremos porque ya no nos queden suficientes piezas en el tablero, pero mientras tanto será una lluvia de jaques al rey, pero no mate.

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