Cuesta creer que con toda la evidencia desplegada por todos los medios de comunicación sin excepción y respecto de la trayectoria del presidente electo, sean ellos medios escritos visuales o audibles, una mayoría que sigue siendo bastante circunstancial haya optado por jugarse hacia el camino que propone Gabriel Boric y sus aliados; digo circunstancial porque no puedo pasar por alto los fríos pero incuestionables números, donde Boric sobre un universo de 8.270.978 votos válidamente emitidos y que representan al 55,29% del total del padrón electoral que para estas elecciones era de 14.959.956 obtuvo la presidencia de la república y aquí hay un dato que no se puede obviar y es que él obtuvo 4.620.890 votos, en otras palabras fue elegido con un 30,89% del total del padrón, entonces no joda cuando afirmo certera e inequívocamente que su mayoría es circunstancial, porque hay 6.596.046 personas que no fueron a votar y permitieron con ello este resultado, 6.5 millones de personas y algo más que pudiendo y debiendo hacerlo parecen vivir en un mundo paralelo, ¿Quiénes son y por qué esta actitud que considero abiertamente irresponsable les permite tomar esta decisión?, no lo sé, no tengo la respuesta si es que no hacemos el desglose completo del proceso eleccionario, pero no es el objeto de esta reflexión, lo es el hecho que son finalmente los que se restan los que validan esto que a mi juicio es un error de la democracia y que debe necesariamente ser corregido para evitar tiranías de minorías, tal como ocurre paralelamente con la convención constitucional, una desviación peligrosa que debe invitar a pensar ya no para lo que experimentaremos, sino para un futuro…si es que llega a existir aquella posibilidad, dejo a su criterio lo que piense de ese futuro.
Insisto respecto de nuestro
nivel de irresponsabilidad cívica como electores, considero de tal magnitud lo que nos
hemos permitido en esta aventura y que podría terminar costándole muy caro a
nuestro país – por cierto con nosotros dentro – el futuro inmediato y también en el de largo
plazo; esa mirada de país experimentando hacia una mal comprendida sociedad de
solidaridad donde se espera que con cargo a ingresos provenientes principalmente
de ajustes impositivos y regulación de exenciones – quizás con algo de justa razón y motivación – permitan
con ello igualar la cancha en términos de equidad, entendida ella como la
capacidad que pone el Estado a disposición de cada uno de nosotros y
principalmente de aquellos más vulnerables, para acceder a bienes y servicios básicos en
oportunidad y calidad, léase con ello educación, salud, vivienda y pensiones
por mencionar las más críticas.
Hablo de equidad mientras la
izquierda lo llama igualdad, es ese el discurso que ha primero ofrecido y luego
vendido con total éxito la izquierda en Chile, personalmente considero la
igualdad un error en si misma y si bien forma parte de uno de los pilares
principales de nuestra Constitución Política de la República, como concepto ha
sido perversamente manipulado y orientado para conducirnos a luchas con
resultados estériles, a mi juicio la igualdad sirve exclusivamente para
comparar 2 o más objetos o cosas, el problema con la igualdad es que omite por
completo características inherentes del Ser Humano y que entre otras son el mérito
y las capacidades, mientras que la equidad pasa a ser una cualidad que consiste en
no favorecer en el trato a una en desmedro de otra, la igualdad los omite por
completo. Un burro será burro toda su vida, no se puede hacer participar burros
con caballos por el sólo hecho de querer que se vean iguales o que tengan ambos
las mismas oportunidades, porque no lo son y el resultado del ejercicio
determinará siempre y sin excepción diferencias de uno por sobre otro dependiendo
para qué se hace el ejercicio, lo que sí podemos hacer es permitir participar a
caballos con caballos y a burros con burros, eso es igualdad y a la vez
equidad, cada grupo con su conjunto de características y condiciones
equivalentes. Se me ocurre que alguien que ahora lee pudiera pensar que esto
tiene visos de discriminación, quizás sí o quizás no, pero a mayor abundamiento
lo explico brevemente, la igualdad debe aplicarse al objeto a conseguir conjuntamente con las condiciones para que ello ocurra, no a la persona, es desde ahí que estimo
que decir que somos todos iguales es una completa falacia de la cual se ha
aprovechado un sector para imponer su discurso.
Vuelvo sobre el punto
central, ya explicado de alguna forma por qué estoy seguro que vamos hacia un
total fracaso, no hay mención alguna en la propuesta programática de Gabriel
Boric que nos indique el rol que jugará el mercado en esto, digo esto porque el
Partido Comunista que es parte activa y relevante de su coalición, no es pro
mercado, es más, atenta contra el mercado toda vez que le impone una serie de restricciones a la inversión, al lucro y a los sueldos. No hay en la propuesta programática señales de
certeza para una inversión nacional o extranjera de largo plazo, más bien existe una
posibilidad cierta que algunos puedan hacer pasadas muy beneficiosas en el
corto plazo, permitiendo con ello el suministro de bienes de consumo básico que
prontamente se agotarán porque la alta demanda de ellos y la baja producción
por las condiciones de trabajo que el nuevo gobierno les imponga, terminará por
mermar y desincentivar la producción, la regulación de precios por ejemplo
puede ser un arma letal al mercado, porque nadie querrá producir mientras se
les esté fijando el precio de comercialización sin con ello comprender la base
de costos que le permite producir. El resultado del desequilibrio entre la producción y la demanda causa una continua alza en los precios de la mayor parte de productos y servicios y por ende una caída o pérdida en el valor del dinero para acceder a ellos, es lo que se conoce como inflación y que tenemos golpeando nuestras puertas.
Conseguir para el pueblo el
cumplimiento de las demandas sociales que los llevó al poder será la piedra
angular, tanto porque la aprobación de proyectos de ley para hacer solidaridad será
un dolor de cabeza dado el equilibro político y sin hegemonías que habrá en el
próximo congreso, como la aplicación de decretos del Ejecutivo para suplir al congreso
en casos que no haya apoyos o la actividad que venga desde la calle como lo ha
señalado Camila Vallejo del Partido Comunista, serán elementos centrales a
tener en cuenta, para los comunistas la revolución debe necesariamente ir
aparejada con manifestaciones callejeras como marchas, paros y mucho lumpen serán la constante junto a muchos sectores gremiales, estudiantiles e industriales – no así desde el
aparato público que ya excede por largo los mínimos salariales y se pasarían de
patudos – primero porque con ello se necesita mantener viva la llama de la igualdad
y solidaridad, manteniendo ocupado al pueblo que los eligió y ganando tiempo
mientras resuelven sus proyectos para aumentar la recaudación fiscal y desincentivando
la generación de inversión que vienen como resultado de aplicar medidas de
control, restricciones mínimas salariales a cumplir y nuevas imposiciones
tributarias que resultarán muy complejas de alcanzar en las metas que se
propongan.
Otro hecho que considero
será relevante en el próximo gobierno será las alianzas internacionales que
decida fortalecer, claramente no será con Estados Unidos y sus principales aliados,
el eje cambiará drásticamente y será China seguramente quién coseche lo mejor a
costa de tenerlos metidos hasta la cocina en nuestro país, alguien podría decir
que ello no es tan o para nada malo, lo es nuevamente a mi juicio, China es una
potencia económica que comprendió que debía seguir el modelo de desarrollo
capitalista, pero políticamente muy restrictivo, el Partido Comunista chino no está
pintado en un cuadro para observarlo en un museo, es un actor determinante en
le hegemonía ideológica que suscribe, una vez que el dragón te atrapa no hay escapatoria
posible. El trabajo de ellos en Chile ha sido impecable e implacable, no sólo
poseen la propiedad del mercado de retail donde comercializan sus productos en
mall de terceros o propios, han adquirido servicios estratégicos para nuestro
país, por tanto nuestra dependencia no sólo continuará sino que se acrecentará.
Creo sin temor a equivocarme que lo que termine sucediendo con el gobierno de Boric estará determinado por lo que suceda con la convención constitucional - proceso ilegítimo a mi parecer - hoy su principal aliado y en quién estoy cierto cifran ambos y recíprocamente sus mayores esperanzas, ello dado que no fue posible pasar la aplanadora en la conformación del nuevo congreso. Es por esta razón que ya se escuchan voces como las de Teresa Marinovic proponiendo una extensión de 1 o 2 años en el plazo para la redacción de una nueva constitución y si bien en un principio no vi este escenario, me parece muy razonable darse una vuelta de carnero olímpica y apoyar – con todo el costo de todo tipo que ello signifique – el hecho que se extienda lo más posible el proceso, las razones parecieran estar a la vista y es que no hay ninguna certeza que en agosto o septiembre próximos se rechace la propuesta de una nueva constitución, más bien creo que seguiremos el impulso de la elección presidencial que aunque con voto obligatorio esta vez, pudiéramos perder estrepitosamente, hipotecando con ello por al menos 40 a 50 años más las certezas para nuestro país y claro, porque ya sabemos hacia dónde es que conducen el proceso constitucional, suponiendo que usted está mínimamente informado respecto de las pretensiones. El nuevo gobierno intentará para ello llevar la fiesta en paz hasta ese momento, de forma de mostrar relativo éxito en los 100 primeros días de gobierno, pero no nos engañemos, el plan comunista excede por largo las pretensiones puntuales de este próximo gobierno, ellos piensan en grande y a largo plazo, es la consolidación del trabajo que por 50 años han venido haciendo, primero silenciosamente hasta 1990 y luego abiertamente hasta hoy. En palabras sencillas lo relevante para la oposición será cautelar que continúe vigente por el mayor tiempo posible la actual Constitución y que por ningún motivo lleguemos siguiera – al menos por ahora – a aprobar la nueva.
Al final de todo esto, cuesta creer que hayamos sido capaces de dar este salto que consolida la incertidumbre, un salto que lejos de despejar dudas razonables las profundiza, un salto que nos tiene en puntos suspensivos sin saber si aterrizaremos en tierra firme o en un pantano. Esto sucede cuando se abandona la responsabilidad en primera persona respecto de decisiones políticas que repercuten directamente en la calidad de nuestra democracia y los representantes que escogemos, esto sucede cuando existen personas que piensan que son otros los llamados a perfeccionar la democracia, total independiente de quién salga electo, al día siguiente hay que levantarse de igual forma a trabajar y producir, verá y experimentará por fin en carne propia que esto no es otra cosa que un viejo y errado mito que dolorosamente todos comprobaremos, ricos y pobres, trabajadores y haraganes, más importante aún será la lección para esa juventud irresponsablemente idealista, que no habiendo conseguido cosa alguna con esfuerzo lo perderá de la misma forma, lo que fácil se obtiene, fácil se va.