viernes, 3 de marzo de 2023

FUERZAS ARMADAS - Rol y el pago de Chile



Artículo escrito por: A PASO FIRME

    Las fuerzas armadas son instituciones militares del Estado de Chile, garantes de nuestra soberanía y esenciales para nuestra seguridad nacional, ellas son dependientes administrativamente del Poder Ejecutivo, particularmente del Ministerio de Defensa, en ese sentido, desde el punto de vista del uso de las armas, es el Estado quién tiene el monopolio indelegable de la fuerza y lo ejerce a través de instituciones competentes como son el Ejército, la Armada, Fuerza Aérea, Carabineros y Policía de Investigaciones, estas 2 últimas instituciones, mencionadas exclusivamente para identificarlas como instituciones orientadas a garantizar el orden público y la seguridad interior; los cuerpos militares son instituciones altamente entrenadas y profesionales, con un orden jerárquico de mando vertical y organizadas en estructuras orgánicas que facilitan las funciones militares en términos de multifuncionalidad, polivalentes, interoperabilidad y con un altísimo grado de desarrollo desde el punto de vista técnico, se suele decir además, que son obedientes, lo que desde mi punto de vista es innecesario, porque considero la obediencia un atributo natural en cualquier organización, por tanto no creo que sea un atributo exclusivo de ellas, adicionalmente se dice que no son deliberantes, respecto de este otro “atributo”, lo desarrollaré más adelante.
 
    La anterior parece una definición razonable y suficiente para referirse a nuestras fuerzas armadas, ello debería bastar para comprender su visión y misión al servicio de nuestra nación, debe bastar para comprender que todos sus miembros son SERVIDORES PÚBLICOS, disponibles las 24 horas, los 7 días de la semana y por supuesto, los 365 días del año y que en el ejercicio de su trabajo están dispuestos a rendir la vida si fuera necesario, literalmente disponibles a morir, ¿por qué hago esta distinción?, porque muchos confunden servidor público con funcionario público y nada más lejos de la realidad y he aquí el primer punto a destacar respecto de ellas; un funcionario público, sin desmerecerlo, es un empleado que trabaja en horario definido de oficina, que por cierto cobra horas extras si se excede en el tiempo normal de trabajo, lo hace en días hábiles de lunes a viernes, siempre y cuando no haya días feriados, que difícilmente entregará su vida por lo que hace y que está a cargo de un servidor público, o al menos así se espera que sea. Hay harta diferencia, ¿verdad?
 
¿Por qué he decidido hablar de nuestras fuerzas armadas?, porque soy un civil inquieto, porque me interesa que las definiciones anteriores tengan una importancia preeminente y comprendida transversalmente por la sociedad, sin embargo y a juicio personal, creo que no hay tal reconocimiento de su existencia, importancia y del verdadero rol que las asiste, más aún teniendo en cuenta la situación que atraviesa nuestro país, vamos desmenuzando.
 
No es rumor que hay intenciones por parte del actual régimen de cerrar el penal de Punta Peuco, más allá de desmentidos por la prensa realizados por el subsecretario de Justicia sr. Jaime Gajardo Falcón, quién negó haber dado instrucciones para preparar el cierre y argumentó que no hay ninguna instrucción formal o informal para el cierre de Punta Peuco que él haya dado al director nacional de Gendarmería, desmintiendo con ello instrucciones que según fuentes oficiales, habrían sido entregadas en octubre de 2022 al director nacional de Gendarmería, Coronel Sebastián Urra. ¿Qué ocurre entonces?, ¿Quién dice la verdad?, difícil saberlo con certeza, lo que sí es cierto que la ministra de Defensa Maya Fernández en entrevista con El Mercurio del 12 de abril de 2022 dijo textualmente “el penal de Punta Peuco NO debe continuar” y agregó que,">No tiene que haber penales para unos y penales para otros, habiendo delitos tan brutales", sabemos de sobra que cuando el río suena, es porque arrastra un piano; por último, a saber que este año 2023, la izquierda pretende conmemorar los 50 años de lo que ellos llaman el golpe militar, pero que otros, y no pocos, lo llamamos, los 50 años desde que recuperamos nuestra libertad." 

    Reflexionemos de las críticas que hay hacia ex uniformados de las FF.AA., reprochados por algunos en la sociedad civil, donde desde distintas redes sociales y auto etiquetados de “los verdaderos patriotas”, enrostran a ex uniformados el haber dejado abandonados a sus compañeros de armas, ¿es realmente esto así?, me inclino a afirmar que no es así, por el contrario, creo que quienes han dejado abandonados a ex uniformados de las FF.AA. fueron derechamente los miembros de la clase política o familia política y, digámoslo también, muchos de los grandes empresarios de nuestro país que en momentos difíciles de la historia clamaron por ayuda y luego de recibida y controlada la situación por militares, simplemente se olvidaron, pero esta vez con los bolsillos llenos. Esta afirmación que hago puede parecer infundada para algunos, entonces para evitarlo, les recordaré algo que creo se hace necesario a la luz de la pésima memoria colectiva de nuestra sociedad. 

    ¿Recuerdan la destitución del ministro de la Corte Suprema Hernán Cereceda Bravo?, él ocupó el cargo entre 1985 y 1993 y fue destituido por el Senado en 1992 durante el gobierno de Patricio Aylwin, esto a propósito de una acción presentada por diputados de la concertación por lo que consideraron abandono de deberes en juicios de derechos humanos, al considerar los políticos que se retrasaba innecesariamente los fallos. ¿Cuál era el caso en cuestión?, La supuesta detención y desaparición del militante del MIR y blanca paloma Alfonso Chanfreau ocurrida en 1974, caso sumario que fue reabierto en mayo de 1990 por oídas de una supuesta testigo que para esa fecha recordaba con impresionante exactitud que había presenciado a Chanfreau en un lugar de detención ilegal, bueno, volviendo al tema central de la traición política, lo relevante para mi sustento, es que el ministro Cereceda fue destituido con los votos de parlamentarios de Renovación Nacional, entre ellos Hugo Ortíz de Filippi, Ignacio Pérez Walker y Sebastián Piñera Echenique, este último suscribió más tarde, promesas con ex miembros de las FF.AA. y Carabineros en el marco de su campaña para convertirse en candidato presidencial, lo cierto es que el tiempo ha demostrado que su traición es de larga data, porque lo concreto e irrefutable es que fue él quien cerró el penal Cordillera en 2013, con ello puso el broche de oro a su agenda personal, transcurridos para ese entonces 40 años del pronunciamiento militar, ¿envió con eso una señal meramente electoral o una señal política de fondo?, juzgue usted; no dejaré pasar las declaraciones de aquel entonces cuando la candidata presidencial, hija de un General miembro de la junta militar, me refiero a la sra. Evelyn Matthei, mostró su conformidad con la decisión del presidente Piñera y agregó que “Cordillera claramente no era un penal”, la historia juzgará la decisión de postergar la firma del decreto que el entonces ministro Teodoro Ribera había dejado en manos del presidente para liberar al General(r) Odlanier Mena, quién terminó suicidándose tras enterarse de la decisión de postergar su liberación por parte del presidente Piñera. Nuestra historia política está llena de traiciones desde los albores de la patria, sin embargo, uno habría esperado que, con el paso de los años, la clase política hubiera aprendido algo respecto de principios, valores, consistencia, coherencia y consistencia. 

    Volvamos sobre el reproche que algunos hacen a las FF.AA., no sin antes recordar que los cadetes juran ante Dios y la bandera – testigos trascendentales - del legado de virtud, fortaleza y carácter heredado de los 77 héroes de La Concepción que dieron su vida por Chile y la causa nacional y, que acompañan al soldado por el resto de su vida. ¿Quién en la sociedad civil ha estado o está dispuesto para algo semejante?, cuesta encontrar en nuestra historia, acto semejante de genuino patriotismo. 

    Qué liviana resulta la crítica cuando no se está en los zapatos del reprochado, qué superficial resuena ante la evidencia histórica, semejante crítica; el grito desesperado que pretende recoger el descontento colectivo de carácter social, debe ser canalizado objetivamente hacía quienes son los que nos han conducido a este inminente punto de quiebre y, que nuevamente se cierne sobre nosotros, debemos demostrar que hemos aprendido de los errores del pasado, debemos, los de más edad, demostrar que hemos hecho la tarea de traspasar las vivencias históricas a las nuevas generaciones, debemos, al igual que hacemos con nuestros hijos enseñarles a tener modales, a respetar a los mayores, a hacernos responsables de nuestros actos, a sentarse a la mesa y utilizar correctamente el servicio para comer, todo eso, debió ir complementado con enseñanzas sobre la historia reciente y no haber esperado que fueran otros los que se la contaran, me pregunto y cuestiono a la vez, si todos hicimos ese trabajo, temo que hubo casos suficientes en que no fue así y que explican de alguna forma lo que nos ocurre. No por nada culturas ancestrales traspasaban de boca en boca la experiencia, lo hacían para que no se perdiera lo aprendido, esperando con ello que los que heredaban el conocimiento se perfeccionaran y lo perfeccionaran, eso es evolución, sin embargo, en muchos de nuestros casos no haberlo hecho, ha derivado en una involución. 

    He dejado para el final un atributo mencionado al inicio de esta reflexión, aquel que se ha instalado en el colectivo común y que dice que las FF.AA. NO son deliberantes, ¿no son deliberantes?, ¿están seguros de aquello?, hay entonces que hacer nuevamente algo de historia para refrescar lo que usted seguramente sabe, pero que ha omitido, dejándose llevar nuevamente por el relato de perdedores y probablemente NO sólo se ha dejado llevar, probablemente hasta lo ha repetido más de alguna vez. Lo que explicaré y detallaré a continuación no es una verdad absoluta, por cierto, habrá quiénes quieran interpretarlo o ver desde otro ángulo, bienvenidos al debate. Las FF.AA. son deliberantes y los comandantes en jefe actúan en el nivel político estratégico, para muestra, les menciono y explico brevemente qué es el Consejo de Seguridad Nacional, más conocido como COSENA, el consejo de seguridad nacional es un organismo compuesto por el Jefe del Estado, los Presidentes del Senado, la Cámara de Diputados y la Corte Suprema, el Contralor General de la República y además los Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas, incluyendo al General Director de Carabineros y cuya misión es asesorar al presidente de la república en materias vinculadas a la seguridad nacional, detalle que encontrará en el capítulo 12 de nuestra constitución política de la república y que se encuentra regulado por los artículos 106 y 107, convendría darle algo más que una hojeada, porque ahí hay una potente herramienta de carácter POLÍTICO DELIBERANTE, respecto de asuntos que atenten gravemente contra las bases de la institucionalidad o puedan comprometer la seguridad nacional, dicho lo anterior, ¿Por qué frente al evidente atentado a nuestra seguridad nacional que experimentamos en la puerta norte de nuestro país, sumado al reconocido terrorismo que asola en la región de Araucanía ¿no se le ha convocado?, ¿Cuál es el temor, limitación o complejo del Poder Político que les impide invocarlo?, juzgue usted, tienen miedo. 

    Adicionalmente convendría también recordar, las 5 áreas de misión del Ejército: Defensa e integridad de la soberanía territorial, Cooperación internacional y apoyo a la política exterior, Emergencia nacional y protección civil, Contribución al desarrollo nacional y acción del Estado y finalmente Seguridad e intereses territoriales, ¿alguien se atreverá a afirmar que siquiera una de aquellas 5 áreas de misión no tiene una componente DELIBERANTE?, terminemos con los eufemismos, los políticos tienen miedo. Puedo ser más explícito respecto de que las FF.AA. SÍ son deliberantes y es más, han sido utilizadas en el pasado para asegurar lealtad del poder militar al civil – aquí otro breve paréntesis para terminar con aquello que las FF.AA. están supeditadas al poder civil, no señores, no es así, ellos están supeditados a la CONSTITUCIÓN Y LAS LEYES, cierre de paréntesis; disculpen el exabrupto, continúo; recordemos a modo ilustrativo y como ejercicio de buena memoria, sólo lo ocurrido en los últimos 50 años de nuestra historia, digo, para no extendernos en demostrar que SÍ son deliberantes, me refiero al período presidencial de Salvador Allende Gossens, quién para conseguir adhesión de las FF.AA, tuvo a 10 altos militares como ministros de Estado, vamos detallando:

  • Carlos Prats González, Comandante en jefe del Ejército, nombrado 1° por Frei y luego ratificado por Allende, donde fue Ministro de Interior, Ministro de Defensa e incluso vicepresidente de la república, hmmm, en estricto rigor ejerció temporalmente el rol de presidente mientras Allende iba de visita a la Unión Soviética a fines de 1972 en busca de ayuda económica, líneas de crédito y otras, ayudas que para el registro de la historia, fue rechazadas por los rusos. Sigamos…
  • Raúl Montero Cornejo, un Almirante de la Armada de Chile que fue ministro de Hacienda entre el 9/8/73 y el 28/8/73 y posteriormente reemplazado por el Contraalmirante Daniel Arellano Mcleod 
  • Ismael Huerta Díaz, vicealmirante de la Armada que fue ministro de OO.PP. y transportes entre el 2/1/72 y el 31/1/73 y posteriormente reemplazado por el Contraalmirante Daniel Arellano Mcleod entre el 31/01/73 hasta el 27/03/73, más adelante en el mismo ministerio de OO.PP. habría 2 militares más, César Ruíz Danyau y Humberto Maglioccetti Barahona, este último hasta el 11/9/73
  • José María Sepúlveda, quién fue General director de Carabineros y fue ministro de Tierras y Colonización, cargo que ocupó desde el 9/8/73 al 11/9/73 
  • Pedro Palacios Cameron, quién fue ministro de minería entre el 6/4/72 al 17/6/72, más tarde también en Minería estuvo Claudio Sepúlveda Donoso, General de la FACH y Rolando González Acevedo quién estuvo entre el 28/8/73 al 11/9/73. 

    10 miembros de las FF.AA. donde algunos de ellos estuvieron en más de un ministerio durante el régimen de Allende, ello da cuenta entonces que SÍ son deliberantes, lo fueron también en consecuencia, durante el período del presidente Augusto Pinochet Ugarte en el gobierno cívico-militar que él encabezó, ahora si insistimos en hurgar más atrás en la historia, hasta el General Carlos Ibañez del Campo quién fue presidente en 2 oportunidades, antes fue ministro de guerra de Arturo Alessandri Palma y Emiliano Figueroa Larraín…y también fue vicepresidente. 

    Dejemos atrás aquello de que son o no son deliberantes, juzgue usted; En suma y resumiendo, estoy seguro de que el poder político ha sido el verdadero traidor a nuestras FF.AA., pero convengamos que faltó visión de futuro al momento de la transición del año 1990, y claro, hubo a mi juicio un pésimo asesoramiento civil a las FF.AA., algo que significara una real protección y garantía que no serían perseguidos por el poder político y enjuiciados por el Poder Judicial; mire, en este punto y de acuerdo a lo que he leído, aquí en Chile hubo la posibilidad de hacer una transición a la brasilera y no a la argentina como terminó siendo, respecto de la transición en Brasil, algo que algunos llaman facturas impagas de la transición en el período militar entre los años 1964 a 1985, donde en el libro Transiciones desde un gobierno autoritario, un compendio de ciencia política escrito por Guillermo O'Donnell y Philippe Schmitter, describían la transición brasileña como «controlada». Ello ocurrió porque la transición allá en Brasil, definió el marco objetivo frente a la oposición y con ello controlaron el proceso de transición, a diferencia de lo que ocurrió, por ejemplo, en Argentina, donde los militares se retiraron del poder en medio del descrédito general por su gestión en la economía y el fracaso de la Guerra de Malvinas, lo que terminó con muchos de ellos perseguidos, juzgados y finalmente encarcelados; lo concreto es que en la transición brasileña se diseñó e implementó un modelo que impidió la persecución hacia militares y se logró por otra parte, concesiones relevantes para mantener a raya los excesos en que suele caer poder político, esto fue que elites militares permanecieran en puestos importantes del Estado, hecho clave para evitar que se radicalizaran posiciones civiles en el futuro y luego de la transición, dándoles voz en la toma de decisiones, estando además el acierto que permitió a los militares que conservaran el sector de defensa y política militar, relativo a ascensos y modernización de las FF.AA., control que hasta hoy poseen. De mis palabras desprenderá que estoy perfectamente de acuerdo con aquello, porque comparado con lo que hoy vivimos y lo que vive Brasil, más allá del presidente socialista que hoy tienen, las FF.AA. siguen siendo garantes de la constitución y las leyes.

    Entonces, haber tomado la decisión de haber hecho la transición a la Argentina y no a la Brasileña, es a mi juicio, un coso muy alto al que se ha forzado a pagar por parte de nuestras FF.AA., las que cumpliendo un mandato civil, donde 2 poderes del Estado, el legislativo y el judicial, declararon a Salvador Allende estar actuando fuera de la constitución y las leyes, digo, para que pongamos las cosas en orden y terminemos con el MITO IZQUIERDISTA, NO FUERON LAS FF.AA. las que dieron un golpe de Estado en Chile el 11 de septiembre de 1973, fueron los políticos los que forzaron la intervención y demandaron que ellas actuaran, sumado por cierto al clamor popular expresado masivamente en gente de todos los sectores que se volcaron a la calle, pero bueno, cerremos el paréntesis para volver a la parte política, donde esta clase traicionera que de forma temporal y calculada primero apoyó la intervención para luego dar la espalda, así y de la misma forma, se hizo a un lado, porque lo cierto es que parte de ellos mismos que pedían casi de rodillas la ayuda, años más tarde los persiguieron, el primero y más emblemático de ellos, don Patricio Aylwin Azócar, quién en 1970 giró desde redactar y negociar el estatuto de garantías que permitió el pacto de la Democracia Cristiana para apoyar a Allende, pasando por aquel posterior discurso en el Senado en su calidad de Senador y presidente de la Democracia Cristiana, en una sesión especial realizada el 11 de julio de 1973, donde afirmó que Chile estaba al borde de un quiebre de su sistema democrático y que lo más grave era que los chilenos habían perdido la confianza en la democracia; más tarde, inmediatamente de producido el pronunciamiento militar lo apoyó en una declaración que sacó la directiva de la DC, cuestión que hizo hasta 1976 cuando vieron con buenos ojos y autorizaron que militantes DC pudieran ocupar cargos en el gobierno del presidente Pinochet, para terminar no sólo dándoles la espalda, sino que apoyando la persecución, enjuiciamiento y posterior encarcelamiento de los mismos a los que pidieron intervinieran para poner fin a los abusos de la dictadura comunista de Salvador Allende. 

    Con todo lo que hasta aquí les he relatado, ¿ustedes siguen creyendo que son los ex uniformados los que han traicionado a sus camaradas de armas?, juzgue usted. 33 años han pasado desde que supuestamente retomamos el camino de la democracia, y digo supuestamente, porque al principio puede que haya habido aquella intención, pero conforme han pasado los años, la democracia se ha ido desdibujando, hoy luce pálida y enferma y agónica, confinada por grupúsculos, conducida a un paroxismo intencional por aquellos que entregados a agendas foráneas, buscan aniquilar nuestra historia, cultura, tradiciones y valores, todo aquello mezclado con mezquinos intereses personales y particulares relativos a cuotas de influencia y poder que empuja e impulsa la clase política, ellos han capturado a la democracia para destruirla a vista y paciencia de nosotros, la sociedad civil, nosotros que constituimos el soberano, el pueblo en el cual reside la voluntad soberana; una democracia mal ejercida, conduce inevitablemente al colapso de ella, son décadas ya las que como sociedad hemos mal ejercido nuestra voluntad, por décadas hemos padecido de una peligrosa anomia, nos alejamos del debate, de las urnas, del ejercicio responsable de nuestros deberes cívicos, seguramente ahora comprendemos el daño que hizo el presidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle al terminar con aquella asignatura, concebida como tal en 1912 como asignatura independiente, subsumida en 1967 como asignatura de Ciencias Sociales, reincorporada en 1980 como Educación Cívica y Economía y reinstalada en 1984 como Educación Cívica a secas, para finalmente desaparecer convenientemente y definirla como objetivo transversal curricular, donde la concretan en la forma de “formación ciudadana” a partir de 1999, reflexionen ustedes sobre esto, ¿han visto algo de eso en las mallas educativas de vuestros hijos?, juzgue usted. 

    Cuidemos a nuestras FF.AA., mantengamos los ojos puestos en el poder político a efectos de evitar que sean mal utilizadas por ellos, cuidemos de los pasos que el régimen actual da con respecto a sus funciones esenciales, no permitamos que las degraden moralmente, ellas son la última barrera de contención contra la asonada marxista, destructiva y deconstructiva que intenta ceñirse sobre nosotros. Sintetizando, claro que tenemos una deuda muy grande con nuestras FF.AA., por cierto que les debemos de vuelta la defensa respecto de todos aquellos que han sido permanentemente perseguidos, mal enjuiciados y encarcelados, por cierto que nos ha faltado valor como sociedad para expresar de forma contundente nuestro apoyo a ellas, por cierto que hemos fallado al cerrar filas con ellos, seamos justos, exceptuando contados ciudadanos ilustres que han dedicado el ejercicio de su profesión para intentar, muchas veces sin éxito, salvarlos de la ignominia, el resto de la sociedad no hemos hecho ni lo mínimo ni lo suficiente, no tengamos entonces el descaro de enrostrarles traición a ex uniformados, toda vez que nosotros no hemos sido capaces de retribuir el hecho de haber logrado convertirnos en una nación pujante, que abandonó la pobreza en la que estaba sumida, la desnutrición y analfabetismo que la consumía, todo ello y más fue alcanzado por unas FF.AA. que rindiendo honor a su juramento, por Dios y la Bandera como testigos, defendieron nuestra soberanía; pusieron no sólo el pecho, sino que sus vidas y el alma para asegurar nuestra libertad, apoyados en los mejores, nos legaron una constitución y leyes que han permitido dar pasos gigantes en el camino de nuestro desarrollo para un futuro sostenible y sustentable, una suma de señeros pasos que usted o yo y desde la comodidad de nuestro hogar probablemente jamás hemos dado. No los juzguemos tan livianamente a ellos ni a sus camaradas de armas por lo que estimamos han hecho o sentimos que han dejado de hacer, a fin de cuentas, son ellos los que aún continúan desfilando por tribunales, no nosotros, no caigamos en distopías filosóficas, no repitamos de mala forma la historia sin antes hacer el ejercicio pleno de nuestro poder soberano, quizás agotada aquella instancia, se animen nuevamente a cumplir con su leal y profundo juramento. DAR AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR Y A DIOS LO QUE ES DE DIOS.

VOTO NULO VINCULANTE - Una idea para reflexionar

   

Artículo escrito por: A PASO FIRME

    La actual ley orgánica constitucional sobre votaciones y escrutinios no otorga validez al voto nulo, en otras palabras, al momento del escrutinio sólo se deja constancia de ellos, marcándolos al dorso, pero se excluyen del proceso, ya sea una elección o un plebiscito. El voto nulo entonces es sólo una expresión de malestar, un voto de repudio que expresan personas, pero que, sin embargo, no tiene ningún efecto sobre el resultado final del proceso, ya sea este una elección o un plebiscito; es así como se llega a validar resultados que desoyen esta voz que es genuina, pero carente de validez en términos electorales. 

    Si consideramos que la democracia es perfectible, considero válido poner este tema sobre la mesa y esperar que al menos se discuta y exista un debate profundo, con miradas desde todos los ángulos o puntos de vista posible de la sociedad civil, más aún sin consideramos que de acuerdo con nuestra actual constitución, el artículo 5 indica expresamente: “La soberanía reside esencialmente en la Nación. Su ejercicio se realiza por el pueblo a través del plebiscito y de elecciones periódicas y, también, por las autoridades que esta Constitución establece. Ningún sector del pueblo ni individuo alguno puede atribuirse su ejercicio. El ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el respeto a los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana. Es deber de los órganos del Estado respetar y promover tales derechos, garantizados por esta Constitución, así como por los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes.” 

    Soy consciente que particularmente respecto de la clase política, un sector de ella se opondrá siquiera a discutir preliminarmente el asunto, lo descartará de plano y lo considerará inviable, omitirán seguramente referirse a que esta modificación propuesta que le otorga valor legal al voto nulo, es una herramienta demasiado poderosa en manos de la ciudadanía, que el solo hecho de abrirse a discutirla pondrá en tela de juicio su propia existencia en la vida política; por el contrario, los políticos más libertarios, honestos y reales demócratas, deberían estar abiertos a la discusión y con ello generar un debate no solamente legislativo, sino que ciudadano respecto de esta legítima pero inocua expresión ciudadana desde el punto de los efectos que ella tiene en una elección o plebiscito. 

    El perfeccionamiento de la democracia debe ser atendido considerando al ciudadano, no al político que lo representa; no olvidemos que la constitución política de la república existe para limitar el poder del Estado respecto de sus ciudadanos, no mencioné más arriba el artículo quinto por gusto o a título meramente decorativo, lo incluí porque si es verdad que en nuestra sociedad civil el ejercicio de la soberanía se ejecuta por el pueblo, entonces, al no considerar el voto nulo como vinculante, estamos desoyendo a parte del pueblo. 

    Mucho temo que haya ciudadanos que consideran al político por sobre el ciudadano, que mal entiendan que por tratarse de autoridades, somos nosotros los que estamos supeditados a ellos, nada más lejos, porque nuevamente haciendo referencia a nuestra actual constitución, el artículo primero nos recuerda que “Las personas naces libres e iguales en dignidad y derechos”, derechos, ¿Qué es entonces el voto nulo si no otra cosa que el ejercicio de un derecho? Y si lo es, ¿por qué se ha considerado que aquella expresión no es vinculante con la elección o consulta que se le realiza?, no es suficiente que el voto nulo sólo sea una expresión estadística o sea interpretada como el repudio ciudadano frente a tal o cual candidato o consulta que se le realiza, debe hoy, particularmente hoy, tener una valoración que la vincule con el proceso. 

    Históricamente el voto nulo ha sido considerado marginal en términos estadísticos, sin embargo, frente a lo que nos propone constantemente la clase política, no parece razonable que esto deba seguir igual, pretender que nada sucede es un error, es ponerse una venda en los ojos y seguir aceptando que en términos de sociedad, somos tratados como borregos; el ejemplo más evidente de aquello es el nuevo proceso constitucional promovido por un grupúsculo de políticos que con agenda propia han desoído al soberano, han pasado incluso por sobre contundentes resultados, nunca antes visto en nuestra democracia, pero que sin embargo se los han metido en el bolsillo para de igual forma seguir adelante; la negativa de realizar un plebiscito de entrada, no es otra cosa que el temor de un puñado de políticos asustados de perder privilegios y cuotas poder, el hacer vinculante el voto nulo restituye aquello en que el soberano ha sido desoído y le recuerda transversalmente a la clase política que el soberano sí existe, tiene voz y ella se respeta, recordemos nuevamente el artículo quinto de nuestra constitución que nos indica que respecto de nuestros derechos, “Es deber de los órganos del Estado respetar y promover tales derechos” y que si bien el ejercicio de estos derechos se realiza por el pueblo a través del plebiscito y de elecciones periódicas y, también, por las autoridades que esta Constitución establece, entonces las autoridades que nos rigen y que son electas por el pueblo, deben responder siempre y en todo momento, de forma eficiente y oportuna al mandato del soberano. 

    Debo insistir sobre el punto, una propuesta de modificación a la ley orgánica sobre votaciones y escrutinios orientada a darle valor vinculante al voto nulo, viene a mi juicio, a corregir una evidente asimetría entre políticos y ciudadanos, vuelve con ello a poner al soberano en el lugar que le corresponde, es siempre el político al servicio de la nación y el pueblo, no al revés como es en la actualidad, donde ciertos políticos se sienten como Dioses del Olimpo frente a súbditos que tarde mal y nunca escuchan y menos atienden en sus demandas. 

    Esta propuesta pasa por introducir en la Ley 18.700, orgánica constitucional sobre votaciones y escrutinios y modificada por ley 20.568 del 31 de enero de 2012, una reforma a su artículo segundo n°37, letra b. y que en lo sustantivo no modifica el espíritu de la parte que nos interesa, esto es, el inciso primero del numeral 5 correspondiente al artículo 71 en la ley principal y que dice textual: 

5) Serán nulas y no se escrutarán las cédulas en que aparezca marcada más de una preferencia, contengan o no en forma adicional leyendas, otras marcas o señas gráficas. La Mesa dejará constancia al dorso de ellas del hecho de su anulación y de la circunstancia de haberse reclamado por vocales o apoderados de esta decisión. 

    La modificación a solicitar en proyecto de reforma de ley en artículo único, es exclusivamente sobre este numeral 5, inciso primero del artículo 71, quedando de alguna forma donde será el legislador, que se supone bien hace las cosas, quién lo redacte correcta e inequívocamente más o menos como sigue: 

5) El voto nulo será vinculante y se escrutarán las cédulas en que aparezca marcada más de una preferencia, contengan o no en forma adicional leyendas, otras marcas o señas gráficas. La Mesa dejará constancia al dorso de ellas del hecho de su anulación y de la circunstancia de haberse reclamado por vocales o apoderados de esta decisión. Con todo lo anterior, si en el proceso de escrutinio a nivel de comuna, distrito, circunscripción senatorial o nacional según corresponda, la suma de los votos nulos fuera superior al 50 por ciento más uno del padrón total que participó, se anula y queda sin efecto la elección en cuestión y debe repetirse la elección en todas aquellas comunas, distritos, circunscripciones senatoriales o elección a nivel nacional según corresponda y que se haya dado el mayoritario resultado con votos nulos. Si el proceso en cuestión tratare de un plebiscito, ya sea de carácter comunal, provincial, regional y/o nacional y la suma de los votos nulos fuera superior al 50 por ciento más uno del padrón, se entiende rechazado el proceso plebiscitario y finaliza el proceso. 

    Nótese que particularmente respecto del plebiscito, el valor vinculante del voto nulo, resuelve el tema del plebiscito de entrada y, claro, no es necesario que se realice un plebiscito de entrada, ni se agreguen preguntas al proceso, resuelve para el ciudadano la cuestión por la cual un sector político de forma transversal cocinó a su amaño uno nuevo, a la medida de ellos, proceso que por cierto es bastante oneroso, largo de implementar, pero muy rentable para ellos, la clase política; ahora con esta modificación, el voto nulo hace las veces de consulta o plebiscito de entrada, donde si el 50% + 1 vota nulo, se rechaza la consulta y termina el proceso, pero se termina de verdad, no inventa otro y si decidiera persistir, correrá nuevamente el riesgo de encontrarse con un muro infranqueable para el cual deberán darnos sobrados argumentos para aceptarlo, recuerden siempre, si un político quiere ganarse nuestra confianza, primero deberá demostrarnos la suya a cambio.

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