lunes, 5 de junio de 2023

Salvador Allende, traidor, asesino, terrorista, ladrón y cobarde

 


Artículo escrito por: A PASO FIRME

En una reciente columna, el periodista Daniel Matamala ha publicado una titulada: Traidor. Asesino. Terrorista. Ladrón. Cobarde.

Aquí la mía bajo el mismo título, pero con otra óptica.

Salvador Allende, traidor, asesino, terrorista, ladrón y cobarde.

Traidor.

Salvador Allende no llegó al poder por decisión del pueblo soberano, fue designado presidente por el Congreso de Chile, ello gracias a la transferencia de votos que hizo el partido demócrata cristiano y a un estatuto de garantías que el mismo partido le hizo firmar y que violó sistemáticamente. Allende sólo obtuvo un 36,63% de votos populares.

¿Estadista? No. Traidor

Allende asesino.

Un sector político reivindica la figura de Salvador Allende, un comunista encubierto, marxista-leninista confeso, masón activo y precario intelectualmente que destruyó intencionalmente las instituciones republicanas con el propósito de instalar su revolución marxista, la que se fraguaba desde el congreso de Chillán en 1967, donde el partido de Allende se declaró partidario de la vía armada; tanto es así que unos de sus brazos armados, el VOP, asesinó en 1971 a Edmundo Pérez Zujovic, exministro demócrata cristiano de Eduardo Frei Montalva; otra franquicia terrorista del MIR, llamada Movimiento Campesino Revolucionario asolaba el sur de Chile y ultrajaba entre otras a Antonieta Maechell Ricardi; las expropiaciones que a viva voz y a punta de armas hacía en Temuco el MIR con Miguel Enríquez a la cabeza, para "instaurar un gobierno revolucionario de obreros y campesinos", eran otra forma de hacer política por parte del gobierno de la Unidad Popular.

Lo que hace Matamala no es negacionismo, sino algo más perverso: sesgo ideológico.

"Aplaude", "Iguala". Fabrica una balanza donde por un lado instala violaciones a la libertad, a la democracia, destruye la economía, precariza la producción, destruye las instituciones republicanas, hay mujeres violadas, asesinatos políticos, expropiaciones a punta de armas y en el otro lado de la balanza intenta equilibrarlo con la desastrosa gestión de un régimen totalitario.

¿Estadista? No. Asesino.

Allende terrorista.

    Salvador Allende se presentó como falso demócrata, un ser despreciable que quiso convencer a Chile que los partidos marxistas podían acceder al poder por la vía democrática y no sólo por la vía armada, la democracia cristiana era el sustento de aquello, sin embargo, a poco de instalado en el poder, el terrorismo de Estado implementado a través de sus brazos armados, daban cuenta que todo aquel que se opusiera a su revolución marxista sería aniquilado, para ello indultó a terroristas del MIR, los que habían sido condenados por asesinatos, asaltos, secuestros, colocación de bombas, esos jóvenes idealistas eran la materia prima básica para consolidad su revolución. Disolvió el Grupo Móvil de Carabineros que existía justamente para desbaratar y desarticular a terroristas, así Allende allanaba el camino al VOP, MIR, al MAPU, a la Brigada Elmo Catalán y la Brigada Ramona Parra. Están documentados decenas de carabineros y militares asesinados y más de 500 muertes de propietarios por defender su propiedad durante el régimen marxista de Salvador Allende.

¿Estadista? No. Terrorista.

Allende ladrón.

    Salvador Allende fue un ladrón, un ladrón de las libertades, un ladrón de la propiedad privada, un ladrón de la democracia, un ladrón del espíritu republicano, un ladrón de la justicia, ¿No es aquello incluso más deleznable que el intento de llenar sus propios bolsillos con billetes?, Salvador Allende se robó el alma de la nación, si así no hubiera sido, entonces, el Congreso, el Poder Judicial y la Contraloría General de la República no lo hubiese acusado de haber actuado sistemáticamente al margen de la constitución y las leyes.

¿Estadista? No. Ladrón.

Allende Cobarde.

    Salvador Allende fue sencillamente un cobarde, un cobarde que al verse solo y abandonado por sus compañeros de revolución que simplemente lo dejaron abandonado en La Moneda, terminó suicidándose. Allende al contrario de lo que muchos creen, fue un cobarde, un incapaz de dar la cara al país y enfrentar con la frente en alto el desastre en que en 1.000 días provocó a Chile con su revolución marxista.

¿Estadista? No. Cobarde.

    Pongamos las cosas en orden, sin Allende jamás hubiera existido un Pinochet, el Capitán General hubiera sido un militar más dentro de las gloriosas filas del Ejército de Chile, quiso la historia asignarle un lugar para recuperar a nuestro país de la bota comunista, quiso la historia que nuestra nación jamás se convirtiera en satélite de la URSS y de Cuba. Chile nació libre y seguirá siempre libre.

    La historia se construye con hechos y no con relatos, la historia se juzga por sus resultados y ella aún se escribe; la traición, el asesinato, el terrorismo, el robo y la cobardía de Allende siempre han estado a la vista, sin embargo, gracias a políticos traidores del más amplio espectro y mediocres periodistas que acomodan el relato, se han ocupado de mantenerla oculta. Han manipulado y con ello tergiversado la historia, para convertirla en el alimento básico de un sector político que a punta de venganzas judiciales los ha enriquecido económicamente, han profitado del dolor causado por ellos mismos y cual vampiro la mantienen sangrante para beber eternamente. Han elevado a la inmerecida categoría de héroe a un traidor, asesino, terrorista, ladrón y cobarde llamado Salvador Allende Gossens.

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