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Artículo escrito por: A PASO FIRME
Siempre he
sentido que el Ser Humano a partir del descubrimiento y dominio del fuego es
que quizá transformó su existencia, poco a poco debe haber ido
sintiendo que con ello dominaba al resto de las especies, se elevaba por sobre el resto, ya no es solamente
cazar y alimentarse, ahora será cazar, cocinar y alimentarse con carne cocida, hecho
que paradójicamente irá otorgándole “más inteligencia”, la carne se convierte en
uno de los elementos indispensables de su dieta.
A partir
del dominio del fuego, el Ser Humano inicia su perfeccionamiento y comienza a darle
un uso intencionado y he aquí, desde mi humilde pero pretencioso análisis, el
momento que se tuerce definitivamente nuestro "proceso evolutivo", porque ya no será
solamente cocinar o prodigarse calor, llegan otros usos perversos y maliciosos,
el inicio de nuestra desgracia. Saltando millones de años de “evolución”, llega
el momento en que el fuego sea utilizado para asolar poblados, quemar bestias y
más aberrante aún, comenzar a quemar a otros Seres Humanos en hogueras, tal es el
poder que a esta altura tiene el fuego en las manos de este Ser, que ahora su
desarrollo lo lleva a transformar metales, con ello vienen no solamente el
desarrollo e invención de herramientas, llegan también las armas con las que dominar
al resto le da una superioridad sencillamente incuestionable, en fin, seguimos "evolucionando", pasan los siglos y ha llegado el momento de inventar la pólvora,
otro momento crítico de nuestra "evolución", ahora tiene el dominio del fuego,
los metales y ha creado compuestos complejos, por tanto puede hacer con ello lo
que se le antoje, crea y destruye a voluntad, con certeza y letalidad.
Graciosamente
a esta altura del "proceso evolutivo", cazar y abrigarse es un detalle, casi una anécdota,
desprendido completamente de su origen accidental y más que aprendido, un hecho
cierto asentado en la base más primitiva de nuestro cerebro, en otras palabras una
marca a fuego; ha llegado el tiempo de ir por conquistas y descubrimientos que
expandan los horizontes del dominio, la sed insaciable de conocer, experienciar y expandir su
universo son tareas a las que se da con porfiado esfuerzo, debe ahora ir por los
secretos que puedan esconder otras latitudes a las que no hay que demorar en darse
a la aventura, ¿quiere que siga o ya entiende hacia dónde va esto?