El 15 de noviembre de 2019 será recordado por la historia como el día que se selló el destino político, económico y social de Chile bajo el mandato del presidente Sebastián Piñera, en efecto, tras largas "negociaciones" entre el gobierno y la oposición se firmó un documento llamado "Acuerdo por la paz social y la Nueva Constitución"; este acuerdo llegó en un momento de mucha tensión política y social, habían transcurrido 28 días desde que aquel 18 de octubre de 2019 se desató una revuelta social sin precedentes en nuestra historia desde el regreso a la democracia en marzo de 1990.
Aquellos sucesos que transcurrieron a partir de la tarde/noche del jueves 17 de octubre alcanzaron su momento de mayor estruendo y asonada delincuencial el viernes 18 de octubre de 2019 por la tarde, todo lo ocurrido en esas terribles 24 horas fueron reportados por la prensa con una cobertura pocas veces desplegada, como la respuesta a un anuncio previo del gobierno el día 4 de octubre que informaba del aumento en las tarifas del transporte en $30, y que a sólo días de implementado el cambio ya mostraba los primeros signos de rechazo donde comenzamos a ser testigos de evasiones aisladas en el acceso a METRO y que poco a poco se fueron haciendo más masivas, $30 era LA EXCUSA con la que sectores radicales y anarquistas de la oposición se habían topado para iniciar la quema de 77 de las 136 estaciones de metro, 20 de ellas incendiadas completamente, 41 con múltiples daños y 17 con daños menores; fuera de eso un tren atacado e incendiado completamente en la línea 1 y 5 trenes dañados en la línea 4, todo ello informado directamente en un comunicado de METRO.
Entre el 18 de octubre y el 15 de noviembre de 2019 no hubo día que no ocurrieran incidentes graves con saqueos, quemas de supermercados y comercio en general, destrucción de bienes públicos y privados en distintas comunas de Santiago y regiones, cortes de caminos y carreteras a lo largo del país, protestas y marchas fueron la constante del movimiento que poco a poco iba cobrando fuerza, si hasta se acuñó la frase de "Chile despertó" y vaya qué forma de despertar, si es que a eso se le puede llamar despertar, el momento más representativo de aquel despertar se producía el viernes 25 de octubre con una multitudinaria manifestación en plaza Baquedano que cifraron en 1.2 millones de personas auto convocadas para exigir cambios al modelo político, económico y social del país. Recordemos que el 18 de octubre de 2019, a sólo 3 días de iniciadas las revueltas, el presidente Sebastián Piñera decretó Estado de Excepción Constitucional de emergencia por 15 días en algunas comunas de la Región Metropolitana, una medida inédita en democracia y que sólo había sido utilizada anteriormente por algún gobierno, como forma de resguardar el orden y la seguridad producto de desastres naturales, como por ejemplo el que se relaciona con el terremoto del 27 de febrero de 2010. Esta medida de excepción fuertemente criticada por la oposición era comprendida como la respuesta sorda y equivocada del gobierno frente a la urgente necesidad ciudadana, del pueblo, para encarar de una vez por todas el injusto modelo social, político y económico llevado a cabo por el gobierno actual y perpetuado a través de largo 30 años, pero aquí a mi juicio la clave de todo el estruendoso movimiento originado por aquellos modestos $30, esto es, Chile necesita una nueva Constitución que otorgue legitimidad y reconocimiento a las necesidades de un país construido con mucha inequidad e injusticia social, se hacía necesario reflotar el recuerdo que nuestra actual Constitución había nacido de forma espuria en tiempos de dictadura bajo la mano y el pensamiento de Jaime Guzmán Errázuriz, abro paréntesis para recordar lo siguiente: A poco andar de nuestra recuperada democracia, Jaime Guzmán sería cobardemente asesinado el 1° de abril de 1991 por miembros del Frente Patriótico Manuel Rodríguez a la salida del Campus Oriente de la Universidad Católica de Chile donde era profesor de Derecho Constitucional y era además Senador por la séptima circunscripción senatorial de Santiago, siendo el primer y único Senador de la República que era asesinado; pero volvamos al punto de interés después de este gran y necesario paréntesis, donde quedamos que la Constitución entonces se consideraba ilegítima, donde el argumento principal que sostenía el reclamo es que el pueblo no había siquiera participado en poner una coma respecto de su contenido, alcances y limitaciones - quizá convenía ocultar este hecho a las nuevas generaciones respecto que la Constitución que nos rige - entre comillas - tuvo su plebiscito ratificatorio el jueves 11 de noviembre de 1980 donde nuestra historia nos recuerda que se aprobó por un 67,04% (4.204.879 votos) para la opción "SÍ" versus un 30,19% (1.893.420) para la opción "NO", pero claro, no faltarán quienes no reconozcan este proceso al amparo de lo que ellos llaman un régimen de dictadura y que yo no tengo problema en llamar régimen militar orientado a recuperar el orden, luego que Salvador Allende nos hubiera llevado al desastre de sus aspiraciones socialistas que querían hacer de Chile un satélite del comunismo imperante en la época y que asolaba a nuestra América en tiempos de la cortina de hierro que dividía al mundo, pero eso es otra historia.
Volvamos a aquellos días de noviembre 2019 donde con un Estado de Excepción Constitucional de Emergencia, salieron tropas a la calle para resguardar la infraestructura crítica de la ciudad y del país, las instrucciones eran precisas de no enfrentarse con la ciudadanía y sólo preocuparse de resguardar el orden, he aquí quizá la primera muestra de debilidad de nuestro presidente, quién amarrado de manos y carente de pantalones, permitió que a nuestros soldados le fueran proferidos toda clase de insultos no solamente por "el pueblo", sino también por honorables miembros del congreso, así, subyugado completamente a los miopes y selectivos principios del Instituto de Derechos Humanos que se encarga de supervigilar atentamente toda acción de las fuerzas policiales y armadas del país, para "velar" según ellos que no se cometan abusos de los que no dudan en ningún momento en poner a disposición de los medios de prensa y frente a la justicia, otro poder miope y capturado por la peor clase de jueces, los medios informativos por su parte, ávidos de "noticias" las publicaban y ofrecían a la audiencia como una verdad inobjetable de lo que estaba aconteciendo, ni el más mínimo grado de objetividad les era motivo siquiera de cuestionamiento, el mundo entero debía enterarse que a la gente se le estaba reprimiendo con la misma brutalidad que en los tiempos de "la dictadura", hoy y en perspectiva hemos visto cómo muchos de los lamentables incidentes producidos en el esfuerzo por controlar y restaurar el orden se han ido cayendo como castillos de naipe, sin perjuicio que aquello que queda de justicia hace su trabajo y ha sancionado como corresponde a los infractores representantes del Estado, toda aquella muestra grosera de excesos no ha sito tal en la magnitud como la vendieron y que muchos compraron a precio de huevos y que les sirvió para darles un supuesto coraje que a rostro cubierto, cobarde y con total impunidad le permitiera continuar asolando y destruyendo lo que suponemos todos hemos construido; tal ha sido la ineficiencia de los aparatos de inteligencia del Estado que contamos con los dedos de una mano a los responsables de los actos de verdadero terrorismo que comenzaron la noche del 17 de octubre de 2019, la misma ineficiencia e inoperancia que nos tiene de rodillas en la Araucanía, pero eso es otra historia.
Retomemos este resumen de desgracia para hilar la idea de por qué el 15 de noviembre de 2019 se sella el destino de Chile, lo es a mi juicio, porque el documento que incluyo al final en este resumen, traza y establece clara y precisamente el camino a seguir para deponer la violencia desatada, y que no es otra cosa que una suscripción indeclinable de tránsito hacia la paz, una rendición sustentada en el compromiso ineludible de este gobierno para impulsar un Plebiscito que en primera instancia se fijó para abril de 2020 y que por motivos de la pandemia y al momento de este resumen, ha sido pospuesto para el domingo 25 de octubre de 2020. En este documento se sustenta la aparente paz social, aquí descansa el mandato del Presidente Sebastián Piñera, aquí están las amarras que la oposición supo poner al gobierno democráticamente elegido, aquí está entonces la aparente estabilidad alcanzada y por la cual este gobierno es perfectamente incapaz de terminar su mandato conforme lo diseñó en su plan de gobierno, aquí lo único que hay es una pálida y desfigurada imagen del presidente y su coalición, un simple aprieta teclas de un gobierno que sucumbió la noche del 15 de noviembre para dar paso a un gobierno de facto, escondido en las sombras de nuestra democracia; el presidente ha quedado prisionero y vedado de toda facultad de gobernar, hoy es solamente un muñeco parado frente a un micrófono que lo único que hace es enunciar planes y proyectos que la oposición le está dictando tras las cortinas de palacio; cada vez que el otrora presidente ha querido intentar siquiera soltar en algo las amarras, la oposición le da un tirón a las cuerdas que lo atan y lo vuelven a controlar, manipular y reconducir. No nos confundamos, todas las medidas propuestas por el gobierno para palear las desgracias producidas por la inoportuna pandemia no han hecho otra cosa que contribuir y reforzar el gobierno de las sombras, toda iniciativa de ayuda ha sido declarada por la oposición como tardía e insuficiente, queriendo con ello demostrar una vez más con ello que este gobierno se acabó, no comprendió y le será permitido terminar quizá su período presidencial, toda vez que nos mantengamos quietos en este estado de gobierno fallido manejado desde el congreso. Todas las iniciativas económicas han sido torpedeadas por una oposición implacable que comenzó a gobernar desde Valparaíso, levantando y dando curso a iniciativas que en un estado normal de las cosas son privativas y propias del ejecutivo, a tanto ha llegado el poder de la oposición y la cómplice actuación de una derecha ausente y mediocre, seguramente también muy bien maniatada y amenazada, que no ha hecho más que sumarse a las iniciativas legislativas que derivaron en el retiro del 10% de los fondos acumulados para pensiones en las AFP; esta medida inédita que la oposición se las ingenió para sacar adelante y que pese al franciscano esfuerzo del oficialismo logró solamente que dicha modificación constitucional no se tramitara por 2/3 sino por 3/5, pero que a la sazón y dado el peso de la bota de la oposición, cobró tanta fuerza y presión que no solamente logró superar el quorum de los 3/5 sino que pasó de largo respecto de los 2/3 requeridos para modificaciones del capítulo II de nuestra Constitución. ¿Qué nos dice aquello?, a mi juicio nuevamente, nos dice y revela a la vez que no es ChileVamos la coalición que gobierna, muy por el contrario lo hace una supuestamente muy desmembrada oposición que aún no es capaz de alzar a un referente que le dé vida, imagen e identidad a este sector político, pero que sin embargo ha interpretado lo que supuestamente el pueblo les pidió, es tal la confusión al interior de la coalición de gobierno que no ha sido necesario levantar en la oposición a un referente que "negocie" o conduzca el diálogo con el gobierno, son todos y ninguno los que hoy tienen la fuerza necesaria para tener de rehén no sólo al presidente sino a todo su gobierno, incluso presionan impúnemente aquellos honorables arrastrados al congreso y que representando a prácticamente nadie se ganaron un escaño, presenciamos así lo que yo he llamado un golpe de Estado silencioso, nuevo en la historia, ya no es necesario rodear palacio y enfrentarse a tiros, basta con que la gente se movilice masivamente y el cocktail está servido, pero eso es otra historia.
Con todo lo anterior, no es de extrañar la posición que el gobierno ha intentado mostrar a la ciudadanía respecto del próximo plebiscito, ese rostro de prescindencia que el presidente Piñera ha puesto abiertamente de manifiesto, donde nos recuerda que el gobierno mantiene y refuerza su necesidad de mantenerse neutral del proceso y sólo le resta hacer sus máximos esfuerzos para permitir que el plebiscito se realice con todas las garantías de transparencia y seguridad sanitaria que el momento exige, pero va más allá, le prohíbe a sus ministros hacer campaña por una u otra opción, reconociendo que al interior de palacio las ideas están divididas, le pide que lo que hagan ellos no vaya más allá de indicar su preferencia, pero no les está permitido argumentar por qué. Pero este análisis lo podemos incluso llevar más lejos en la misma declaración y "tirón de orejas" que el presidente hace a su gabinete y les pide textualmente "empiecen a trabajar en el contenido de una nueva Constitución", este último acto del presidente Piñera lo retrata de cuerpo entero, doblegado, entregado, sujeto a la voluntad de otros, inmóvil, carente de autonomía, frágil, débil, derrotado y supeditado a las órdenes, deseos y aspiraciones de los que perdieron en las urnas, pero que se negaron a aceptarlo, pero eso es otra historia.
Chile nunca volverá a ser igual, será cada vez un país más inseguro de sí mismo, nuevos valores se alzarán para dar forma a una nación que desde mi punto de vista pierde su soberanía y se entrega a un designio orquestado fuertemente por los ruidosos tambores de la ONU que intentan imponer un nuevo modelo y orden mundial, las fronteras y la soberanía pasarán a ser recuerdos de una época que cobró millones de vidas en todo el planeta para dibujarlas, pero que hoy pretende borrar o al menos desdibujar, donde más temprano que tarde intentarán que caigan; los movimientos migratorios promovidos por Naciones Unidas reconocerán una nueva forma de vida al interior de los países, el objetivo está trazado, todas las naciones serán forzadas a suscribir acuerdos que reconozcan los movimientos migratorios, el próximo acuerdo de Marrakech así nos lo recordará, nos dicen que no será vinculante, pero al mismo tiempo nos advierte de las sanciones para quienes lo suscriban y no respeten sus puntos allí señalados, pero eso es otra historia.
Aquí el texto in extenso del 15 de noviembre, donde curiosamente podrán observar que el documento no lleva la firma del presidente Sebastián Piñera, un personaje que deberá pasar a la historia como el oportunista presidente que intentó salir limpio de polvo y paja, arrogándose para él la posibilidad de haber impulsado una iniciativa que conduzca a obtener una Constitución democrática. Lo relevante para Chile será sortear el complicado camino de mantenerse ajeno al populismo y aires comunistas que acechan a nuestra América querida, pero eso...
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