El próximo inicio de la convención constituyente ya nos advierte de ciertas libertades que algunos pretenden controlar, si bien por una parte aspiran a que haya difusión permanente, televisación y cobertura mediática para transmitir en vivo las discusiones, comienzan limitando otras libertades y condicionando a priori lo que será el proceso. Nada bueno surge de un proyecto donde no existe capacidad de dialogar, debatir y disentir, toda vez que se espera que exista la mayor cantidad de libertades de expresión posible a fin de encausar correcta y objetivamente tal encomienda.
Transitamos un camino que demanda desafíos relevantes, porque ya sea que continuemos con medidas sanitarias, presenciemos lo que ocurra con la convención constituyente o decidamos finalmente nuestra mejor opción de voto en las próximas elecciones, lo que está en juego es nuestra libertad.
La calidad de una democracia se mide por el grado de libertades que ofrece a la sociedad, las que van acompañadas de una responsabilidad activa, personal e ineludible.
Al mirarnos al espejo, encontramos al responsable de lo que construimos, porque se es responsable tanto por lo que se hace o lo que se deja de hacer.
Excelente columna. Todos tenemos una tremenda responsabilidad y debemos asumirla.
ResponderEliminarFelicitaciones. Comparto plenamente lo que señala.