El
trabajo de la convención constituyente será una tarea monumental, no solamente
por tratarse de un trabajo destinado a generar como entregable un borrador de
constitución que será sometido a la voluntad popular de todo un país que con voto
obligatorio deberá ir por ratificar la propuesta o rechazarla.
Si
ya lo descrito supone un ejercicio de la democracia puesta a prueba al límite,
también lo serán desde el día 1 lo que signifique el acto inaugural y que va
desde consensuar qué símbolos patrios estarán presentes en el plenario, decidir
si se entonará nuestro himno nacional, si habrá acaso una sencilla plegaria a Dios
o a nuestra patrona la Virgen del Carmen para que ilumine el proceso, más
difícil aún es consensuar el listado de invitados, porque si bien el proceso se
inicia con la convocatoria mediante decreto supremo que hace el presidente de
la república a la primera sesión de la convención, otra muy distinta es que
esté presente aquel día. Cómo se distribuirán en los asientos los 155
convencionales. Quién dará el discurso inicial en la convención misma, será el
presidente de la Corte Suprema, un delegado de él u otra persona que
aceleradamente se intenta consensuar, es que nada puede salir mal, pero todo
podría salir mal.
Vayamos
entonces a la primera sesión de trabajo, esa que comienza por definir al
presidente de la convención, será un hombre o una mujer, será quizás algún
representante de pueblos originarios y de ser así su discurso inaugural será en
español o lengua nativa, se hará en un ambiente de solemnidad o habrá de por
medio enardecidas arengas.
Luego
de pasado ese fervor, viene definir el reglamento de la convención, hasta hace
una semana se dice que existían 17 propuestas, quién intentará consensuar el
suyo o el que suscribe mediante acuerdos previos a la instalación de la
convención propiamente tal, tomarán de cada una la mejor propuesta o las harán
añicos y sacarán un papel en blanco y comenzarán desde cero; recordemos que la
convención tiene un plazo inicial de 9 meses prorrogable por única vez por
otros 3 meses más, cuánto entonces se darán para consensuar su reglamento, 1
semana, 1 mes, 2, 3, 6 meses?, porque cada día que demoren en suscribirlo, es
un día menos para el objeto de la convención y es llegar con un borrador, quizás
acaso como en el caso del reglamento también tienen distintos grupos su propia
propuesta?, aparecerá quizás la que tanto se rumora que tendría Fernando
Atria?, será acaso la convención la discusión sobre su eventual propuesta que
ya habría incluso en el pasado consensuado con Michelle Bachelet?
Un mar de dudas en un desierto de certezas, lo que desde el día 1 hasta el día 365 ocurra será eterno, porque nosotros, los simples mortales que financiamos esta fiesta de la democracia, tendremos que seguir con lo nuestro y que es partirnos el lomo trabajando en la medida que nos lo permitan, contribuir con nuestros impuestos para mantener aceitada la maquinaria del Estado, desplazarnos quizás entre barricadas y enfrentamientos sociales, elegir de por medio nuevas autoridades, dar la bienvenida o mal venida al nuevo congreso y presidente, a esa fecha estaremos recién a 11 de marzo 2022, faltarán aún 4 meses más de trabajo de la convención y el nuevo gobierno además estará enviando seguramente al congreso sus propias iniciativas, porque recordemos lo que se estila en política, los 100 primeros días de un nuevo gobierno determinan en gran medida el rumbo que elije y con ello la marcha para seguir avanzando o retrocediendo.
Chile... el país en donde las vacas vuelan y los corchos se hunden...
ResponderEliminarMuy estimado Rodolfo, gracias por poner tan bien por escrito las aprensiones que tenemos sobre el Gran Evento que se inauguró hace 3 días - que nunca pensamos íbamos a vivir, pues no estaba en el programa del actual Presidente una nueva constitución - y que probablemente no se irán de nuestra mente en un muy largo período
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