Artículo escrito por: A PASO FIRME
Si bien comienzo estas palabras reconociendo que las ideas y reflexiones que con usted comparto quisiera que fueran abrazadas por el más amplio espectro de la sociedad chilena, reconozco que es prácticamente imposible que sean recogidas por un sector en particular.
Lo que necesita urgentemente la
derecha chilena es un genuino sentido de la unidad, nada está dicho hasta que
se cuenta el último voto. Si este sector político llega con más de 1 candidato a
las próximas elecciones, será algo que habrá que asumir como un evidente error que
pagará caro todo el país, no sólo unos pocos, todos. Que la inmensa ciudadanía que
aspira a recuperar los fundamentos de una República genuinamente democrática,
el Estado de Derecho y la libertad y no sea capaz de exigir y demandar a la
clase política que se respeten estos principios básicos, se condena a
experimentar tiempos muy complejos y se condena a un retroceso evidente y claro
en términos económicos, sociales, culturales y morales; exigir a los líderes una
cuota inmensa de generosidad para sentarse a debatir antes de salir disparados
cada uno con ideas propias se hace imprescindible, porque hoy la derecha se ve
enfrentada en su propia vereda, ni siquiera con su adversario político.
El mensaje de la izquierda es
bastante claro porque lo han repetido una y otra vez, se unen para derrotar a
la derecha, esa es su bandera de lucha, así es como consiguen atraer la
atención de masas, las propuestas pensadas en el país pasan a segundo plano, desvían
la atención presentando propuestas inviables que sabemos hacen eco en la gente menos
preparada. Las propuestas de la izquierda en general son un bálsamo exquisito
para los oídos de gente intelectualmente pobre, porque para ellos lo relevante es
que le resuelvan sus desdichas con cargo a lo que otros producen, poco importa
si son ideas sustentables y sostenibles en el tiempo, conceptos como gratuidad,
igualdad y dignidad calan profundamente en un sector que parece olvidar el camino
que por casi 50 años hemos recorrido para convertirnos en un país incuestionablemente
mejor en todo sentido, con una disminución sostenida de la pobreza, donde existía
un 21% de extrema pobreza en los años 70’s una pobreza urbana en torno al 68%, alta
mortalidad infantil, escolaridad promedio de 4,5 años, precariedad en viviendas
y cobertura de agua potable de tan solo un 38% por mencionar algunos ejemplos en
los que nos hemos superado, compare hoy la realidad y le resultará incuestionable.
Por cierto que se han cometido errores, claro es que hay inequidades y las
habrá siempre, lo importante es trabajar unidos para disminuir las brechas, no
profundizarlas promoviendo la lucha de clases con modelos probadamente
fracasados.
La derecha parece tener hoy una última
posibilidad en asumir la responsabilidad de hacer algo concretamente mejor, difícil
es saber si aún hay tiempo porque las cartas parecen echadas, pero mientras
haya vida hay esperanza, en tal sentido hay que promover urgentemente un
diálogo que invite a debatir y despejar toda duda de unidad antes de salir a
declarar otra loca aventura en solitario, hacerlo cuando hay tiempo,
consensuar, escoger lo mejor de cada uno en el sector de las ideas republicanas
y de libertad, desterrar vanidades, egos y egoísmos parece imprescindible;
reconocer que con matices hay más cosas que nos unen respecto de aquellas que nos
dividen; en alguna medida y con más luces que sombras todos defienden el
modelo económico, todos reconocen el valor del emprendimiento, del respeto a la
vida privada; en lo religioso y valórico es cierto que hay ciertas diferencias,
pero todas ellas son perfectamente consensuables, a fin de cuentas lo que se necesita
es tener un país estable en términos políticos, económicos, sociales y
culturales.
Hay que darse a la tarea de aunar
esfuerzos, preocuparse desde hoy en destacar lo bueno que proponen todos y
juntarlos en una persona, dejar de ver con envidia lo que al otro se le ocurrió
primero es relevante, terminar con ese chaqueteo tan propio de nuestra cultura
y aprender a trabajar en equipo es vital, aprender a hacer sinergias, a sumar y
multiplicar y no a restar ni menos dividir debe ser el marco sobre el cual
construir de verdad un país mejor para todos.
Cualquiera sea el matiz que nos
diferencia, es infinitamente menor que aquel planteado o aquel programa que
propone la izquierda totalitaria, miserable y sediciosa que quiere no solamente
terminar económicamente con nuestro país, sino también quiere degradarlo social,
moral y culturalmente, donde su único afán visible es el de igualarnos en la
miseria, el caos, la pobreza y parasitismo.
Recordemos que el comunismo es el
credo de la ignorancia y la senda para el totalitarismo, la miseria y la
pobreza, en cambio nuestro camino es el de la educación, el del respeto
irrestricto al Estado de Derecho, el del respeto por valores moralmente
incuestionables, el del emprendimiento y el que nos proporciona a través de
nuestro trabajo el inalienable derecho a gozar en pleno y con certeza de
seguridad por lo alcanzado como fruto de nuestro esfuerzo, ese que hace posible
la propiedad privada y la libertad, a fin de cuentas, el único camino viable
para sacarnos de este atolladero de ignorancia y mediocridad.
Muy de acuerdo con su comentario , pero creo qué al enemigo hay que atacarlo con sus propias armas , por ejemplo la derecha debiera contratar periodistas ya sea en TV o radio para promover las ideas de la libertad y emprendimiento , periodistas con Rosario Moreno.
ResponderEliminarMuy de acuerdo con su comentario , pero creo qué al enemigo hay que atacarlo con sus propias armas , por ejemplo la derecha debiera contratar periodistas ya sea en TV o radio para promover las ideas de la libertad y emprendimiento , periodistas con Rosario Moreno.
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