Artículo escrito por: A PASO FIRME
En lo que a política se refiere, se están acostumbrando a
hacer todo mal; Así las cosas, todo indica que ya esto alcanza grados de
epidemia altamente contagiosa, cuesta distinguir quién contagia a quién, lo
concreto es que están prácticamente todos contaminados. Se pelean los
micrófonos para vociferar y anunciar ante la prensa interpelaciones y falsas acusaciones con tal de bajar lo más rápido posible al que va posicionándose en las encuestas; ¿Qué clase de ejercicio democrático es este que realizan nuestros
“honorables” y políticos en general?
No
tengo mucho donde escoger, así de claro es este mensaje y que de seguro interpreta a
muchos. No existe ninguna evidencia clara de que exista alguien con la
suficiente estatura, respaldo y por sobretodo seriedad para hacer frente a los
abusos, arreglines y atropellos permanentes; Los que hoy tibiamente se
alzan en incipientes candidaturas, están sacando cuentas propias y llamando a
firmar en notarías y reuniones privadas con tecito y galletas, interesados
únicamente en recolectar firmas para que cuando lo logren (y si es que lo
logran) se inscriban y reciban de parte del Estado, es decir, de todos
nosotros, su cuota equivalente en dinero que les permita seguir avanzando. Ya
lo dijo alguna vez uno que cuando formó su partido, no encontró nada mejor que utilizar Twitter para indicar que
quienes ya no se sintieran a gusto, podían ir y retirarse. Esto no es otra cosa
que la democracia del oportunismo, una posibilidad para cautivar ingenuos,
estrujarlos y luego desecharlos.
No
olvidemos el verdadero poder que tenemos, seremos determinantes y deliberantes
el día que comprendamos la importancia de participar verdaderamente, motivados
por la necesidad fundamental y última de hacernos mejores como sociedad, no
regalemos nuestro voto. Si los políticos y candidatos a algo realmente quieren
ganarse nuestra confianza, primero deberán mostrarnos la suya a cambio.
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